14.3.12

Promiscuos? Ni en pedo, solo somos raros.

Volviendo al tema diga formas de llamar al coito empezando ya: coito, garchar, coger,  tener sexo, hacer el amor, meterla, colocarla, revolver el estofado, mojar la chaucha, culear, follar… en fin, ponerla.

Venías de tu (no tan) soñada primera cita, con expectativas, con la carpa tendida y con ganas de llegar a segunda, tercera, cuarta base y quedarte inclusive con el bate. Entrás al departamento, te pusiste cómodo pero no tanto. Preparate por si tenés que escaparte corriendo si ves que te trae el disfraz de jabba the hut para que te pongas porque lo “vuelve loco”. Están ahí hablando de banalidades, ven las fotos y hacés preguntas boludas como ‘¿ay ese sos vos?’ o  ‘¿esas son las cataratas?’. Dale, pensá un poquito. Te muestra fotos de sus sobrinos, los cds que tiene y la colección de dvds mientras se te pasa por la cabeza cuanto tiempo tendrás que hacerte el copado para poder montarte en ese semental (what?). Después de la linda (y extensa) charla inicial, empiezan con los besos en el sillón, la manito, el clásico ‘oopps, te la toqué sin querer’ – si lo habrás hecho putita – y la cosa se pone mas hot y te dice de ir al cuarto. Accedés claramente, acomodás un poco el muñeco que para estas alturas ya debe tener vida propia y debe estar cantando una de Shakira más o menos, y se tiran en la cama. Y ahí está, el primer obstáculo que se puede presentar. Pensás para vos mismo ‘nunca le pregunté si era activo, la puta madre si es pasivo vamos a tener que sacar el Monopoly’. Si, señor lector, si usted no está al tanto del queer-world le informo que hay varios roles sexuales que pueden llegar a presentarse. En un principio eran solamente tres, pero con la inflación y toda la bola del INDEC se dispararon a 5. Si bien podés encontrar personas que se encasillan particularmente en un rol sexual, hay otros a los que les da lo mismo y van viendo en el momento, pero son difíciles de encontrar como los duendes. Estereotipemos un poco:
Los activos: típicos chongos, machotes, los que ‘la ponen’ (má si me estás leyendo perdón), los que generalmente llevan los pantalones en la relación, y los que le tocas el culo y saltan con un ‘eh loco que hace amigo’ (no acostumbro gente no marginal).
Los pasivos: vendría a ser el que recibe, generalmente son menos masculinos, al verdadero pasivo no se la tocás ni que le paguen, tiene su pija en una caja de cristal y no la piensa usar jamás. Ah y mea sentado (?).
Los versátiles: estos son los jodones, los que generalmente se prenden a la pizza y al helado, son los gauchitos del ambiente. La ponen, la reciben, juegan de 2 en el picadito y te lavan los platos si comen en tu casa.
Los versátiles+act: tienen tendencia a ambas cosas, pero generalmente la ponen.
Los versátiles+pas: pasivos arrepentidos.

En fin, estás ahí con tu cita (ya podemos llamarlo chongo, no?) pensando que si ambos son pasivos a lo sumo se frotaran las cachas, si son ambos activos espadearan a lo loco, y si son versátiles la caja de forro de tres no es suficiente – pará tigre.
Tiene tendencia a apoyarte: es activo, iuju!  (no lo digas en voz alta porque quedás como un pelotudo). Más tranquilo, te sacás la ropa que te quedaba, y dejás que todo surja (fui sutil esta vez).

Viene bien, la estás pasando bomba -ok, usemos frases de este siglo-, aparentemente él también, hasta que sale la siguiente situación:

Chongo – ¿Te puedo pedir algo?
Putito – Eh…si, si dale
Chongo – Nada.. me da vergüenza, pero creo que da el momento
Putito – Sí, decime
Chongo – ¿Me masturbás con los pies?
Putito – Obvio (what?)

Si, y ahí te la baja completamente, se te convierte en vagina, te crecen las tetas y te convertís en vedette. Chicos, ha pasado. Consejo importante, controlen sus fetiches para cuando haya más confianza, no pidas que te digan ‘papito’ o que se pongan esa remera vieja de rugby del ex porque les excita, o que te escupan. Posta.

Bueno, hacés el esfuerzo con los pies total ya estás ahí. Te sentís como Cathy Fulop ejercitando los cuadriceps en el programa de TyC, pero te la bancás. Termina el asunto, pasás al baño, salís y le decís ‘bueeeno.. me voy porque tengo que – inserte excusa pelotuda aquí – La pasé re lindo eh, me pedís un remís?’ y te vas para nunca más verlo, como en el 90% de las relaciones gays. Conclusión: la próxima vez procurá hablar un poco antes para confirmar que no te encuentres con sorpresas de este tipo, o mejor aún DEJA DE ENTRAR A MANHUNT. Besis.

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Posteo dedicado a mi amiga y colaboradora en el blog Daniela que ayer cumplió sus dulces 21. Gracias por bancarme tanto, putetah.

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